Historia de Papel
La experiencia brasileña y la tipografía plana
El trabajo siempre fue abundante. Al vértigo de buscar noticias, realizar entrevistas, producir contenidos sociales, recorrer los campos deportivos el fin de semana, visitar las estaciones de policía y obrar como un verdadero sabueso en las oficinas del estado, era la rutina diaria. El tiempo disponible debía coordinarse con otras obligaciones. radio, televisión, los artículos de cada jornada para los diarios de Montevideo y administrar el negocio. Era mucho, pero había tiempo para todo, incluso llevar una intensa interacción y colaboración con los colegas brasileños.
Su trato fue fundamental desde varias perspectivas. En lo noticioso, el intercambio enriquecía el contenido editorial. No hay que olvidar que en las zonas de frontera las realidades sociales no conocen de líneas divisorias. Pero, también fue una experiencia educadora y enriquecedora por el grado de desarrollo que los medios comunitarios han logrado en Brasil. Desde el concepto con el que manejaban sus redacciones, a los tópicos que abordaban y el manejo de su relación con las poblaciones urbanas y rurales. Eran verdaderas aulas de periodismo comunitario, sumado a la valiosa posibilidad de ser parte de beneficios similares a los que en esas épocas acostumbraba ofrecer a sus asociados la ADJORIRS (Associação dos Jornais do Interior do Rio Grande do Sul) mediante cursos, seminarios y talleres de actualización generados en los programas universitarios de periodismo en todo el estado.
En Jaguarão, mi trabajo directo era con el periódico A Folha, fundado en 1938 y con un arraigo increíble en la ciudad. La particularidad con este medio era que se resistía a abandonar el método antiguo de impresión y a comienzos de los 90', aún utilizaban el sistema manual en el cual la composición tipográfica letra por letra se realizaba usando una vara de componer y cajones de letras. A Folha aparecía los sábados y yo les debía entregar mis notas escritas y corregidas tan temprano como ¡el día lunes anterior! Con el Jornal A Evolução Regional, que salía desde una ciudad cercana, Arroio Grande, aprendí mucho sobre la cobertura regional y los métodos más eficaces para atender una población lectora diseminada en pequeños poblados o alejadas haciendas en medio del campo. Años más tarde me tocó realizar el mismo proceso en otra zona de frontera. Fue con el Jornal O Liberal de Santa Vitoria do Palmar.
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